sábado, 4 de septiembre de 2010

Sabiduría 2

Sab 9, 17-18 ¿Y quién habría conocido tu voluntad si tú mismo no hubieras dado la Sabiduría y enviado desde lo alto tu santo espíritu? Así se enderezaron los caminos de los que están sobre la tierra, así aprendieron los hombres lo que te agrada y, por la Sabiduría, fueron salvados”. 

La sabiduría es un don que hay que pedir. Pero aquí lo menciona con mayúsculas porque quiere decir que es alguien que viene de Dios junto con su santo espíritu. Por la Sabiduría fuimos salvados.
Si bien este texto es anterior a Cristo está profetizando el para qué de la venida de Jesucristo, y nos está invitando a recibir lo que el Maestro nos dirá y el Espíritu nos hará comprender, porque Él es el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6).
Aprender no significa enterarse de todas las verdades o misterios como cosas que hubiese que saber, sino aprender a vivir, según el Espíritu de Dios.
San Pablo, muy al modo judío, dirá que el hombre que no se deja conducir por el Espíritu es "carne", sólo "cuerpo", pero el hombre que se deja conducir por el Espíritu, en cambio, es "espíritu" (cf. Rm 8; Ga 5).
Por tanto, para discernir cuál es la voluntad de Dios hay que, entre otras cosas, abrirse a su Espíritu, adherirse a sus inspiraciones, acomodar nuestra voluntad a la suya, dejar de lado el querer manejar nosotros las situaciones, volverse obedientes confiados totalmente en su amoroso querer, aunque nuestra pequeña mente no pueda entenderlo todo.
¿Para qué hay que discernir cuál es la voluntad de Dios? Para seguirla, porque es su voluntad la voluntad soberana sobre todas las voluntades, y su intención es hacer compartir al hombre la inmensidad de su amor y de su gozo para que el hombre sea plenamente feliz. Sólo por amor se puede obrar así como Dios, que crea de la nada haciendo al hombre existir para que el hombre disfrute existir y desarrolle toda su humanidad, aprendiendo a ser cada vez más humano, en sus capacidades y en sus actitudes, y por decisión propia y libre se deje amar por el Creador y quiera recibir de Él la vida plena y eterna en la que se sacian todas nuestras más profundas ansias. 

1 comentario:

  1. que hermosa homilia. comparto cada palabra y pido a Dios la sabiduría que me lleve a Él, que me marque el cammino y me dé fortaleza y discernimiento para seguirlo y que, cuando "derrape y salga del camino" me dé la capacidad para darme cuenta de ello y así poder corregir mi rumbo.

    en la ultima cena, Jesús nos dejó por herencia la palangana y la toalla para lavar los pies a nuestros hermanos; pido a Dios la sabiduría para usarlas correctamente y de acuerdo a su voluntad.

    gracias por estas homilías, son realmente enriquecedoras del espíritu.
    Dios los bendiga siempre

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