lunes, 9 de agosto de 2010

Usar a Dios

Lc 12, 3-15b: "Uno de la multitud le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?» Después les dijo. «Cuídense de toda avaricia».

"Dios, dile a mi hermano... tal cosa. Dios, haz que el otro me devuelva... tal otra." Esos pedidos o exigencias las hemos oído en muchas personas, exigencia a Dios para que haga la "justicia" que nosotros creemos que es la correcta.

Jesús se planta en una postura de libertad: él no ha sido nombrado para ser árbitro o juez, pero aprovecha el momento como maestro de vida: "Cuídense de toda avaricia". Porque la avaricia es una idolatría, explicará más adelante San Pablo. 

Y sí, la injusticia es en realidad considerar las cosas más importantes que las personas, olvidar de hacer el bien con los bienes, separarse de los hermanos por causa del dinero, perder las perspectiva de lo importante de la vida entera, olvidar que somos administradores de los bienes que Dios nos encomendó y no dueños de los mismos.

Esta palabra nos ilumina también para esos pedidos que hacemos a Dios en cualquier momento donde esperamos que Él haga lo que nosotros queremos. Nos liberaría mucho pedir a Dios que, en vez de que haga que se produzca todo como nosotros lo planeamos y según nuestra conveniencia y valoración, nos haga ver lo que tenemos que ver, para que nos podamos unir a su plan, adherirnos a su proyecto, colaborar con su voluntad.

Él no es un juez que está para hacerme justicia, sino que es el único que me puede hacer justo, si respeto su soberanía sobre mí, si me dejo conducir y enseñar por Él. 

2 comentarios:

  1. si respeto su soberanía sobre mí, si me dejo conducir y enseñar por Él...estas palabras cuyo concepto comparto, me dicen que Dios siempre está dispuesto a "entrar en mí" pero la puerta no la abre Él sino yo. SI LO DEJO ENTRAR, ÉL ENTRA.

    quizá si lograramos entender y sentir que no somos un cuerpo con un espíritu adentro, sino un espiritu (alma) encerrado en un cuerpo y que lo escencial es cultivar el espiritu para que vaya a Él, entonces nos dariamos cuenta que solo a traves de Él lograremos elevar el alma para compartir su reino y entonces si, lo terrenal, el cuerpo, lo que es temporal, lo que tiene principio y fin en este mundo, pasaria a segundo plano dandole a lo espiritual, a lo divino, el lugar de primacía que realmente tiene.

    dejemonos conducir por Él, porque solo Él vé el bosque, nosotros solo vemos el arbol (y a veces ni vemos eso).

    Dios los bendiga siempre

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  2. Este encuentro de Jesús con esta persona que quiere usarlo me cuestiona mi relación con Dios:
    ¿reconozco que es mi Dios?
    ¿acepto su Autoridad?
    ¿acepto su Voluntad?
    ¿me doy cuenta que Él va acompañándome en mi vida, que nunca está lejos, que yo estoy en Él?
    ¿es mi relación verdaderamente de hija fiel?
    ¿ante los problemas con otro, me doy cuenta que ese hermano es también hijo de Dios, y que Dios quiere conversión de los dos?
    Señor quiero crecer en justicia, quiero mejorar mi relación contigo y con los demás, quiero ubicarme como tu hija fiel que te ama.

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