jueves, 15 de julio de 2010

Volveré a verte

Gn 18, 10: "Volveré a verte sin falta en el año entrante y para ese entonces, Sara habrá tenido un hijo".


Dios había visitado a Abraham en la figura de los tres hombres a quien el patriarca había hospedado con gentileza impecable. Y esa visita vino con el don de una promesa que se haría realidad. Abraham, el anciano, tendría un hijo de su esposa Sara, el hijo de la promesa, el hijo que lo haría padre de multitudes, padre del pueblo de Dios.
Esa visita se habría de repetir, estaba prometido. Y se irían produciendo los hechos que se habían vaticinado y prometido, haciendo realidad la palabra anunciada, haciendo que fuera lo que no era.


Dios sigue visitando hoy, a cada uno, como a Abraham, con delicadeza y esperando nuestra acogida. Jesús también visitó a Marta y a María, en Betania, y también fue acogido.
Dios nos sigue visitando en nuestras vidas, en nuestros anhelos más preciados, en nuestras situaciones de dolor, en nuestras esperas interminables, en nuestra cotidianidad cargada. 
Recibir a Dios, darle acogida, hacerlo pasar a nuestra casa, a nuestra realidad, es en primer lugar permitirle que forme parte de nuestro mundo, de nuestra historia. Pero en segundo lugar es darnos la posibilidad de dejarle intervenir, cayendo seguidamente en la cuenta de que Él nos está invitando a formar parte de Él, que todo nuestro mundo está en Él, y que nada se escapa de sus manos.
Él nos visita para quedarse, si queremos que se quede.
Nos visitará hasta que lo hagamos quedarse.
Nosotros también muchas veces sólo lo visitamos.
¿Cuándo nos animaremos a vivir en Él, con Él, y para Él?

1 comentario:

  1. nos animamos a vivir con Él?
    vivimos con Él cuando tendemos la mano al hermano necesitado.
    vivimos con Él cuando somos real familia en Cristo, cuando nos sentimos parte de su iglesia, y obramos en consecuencia.
    vivimos con Él cuando rechazamos muchas cosas, actitudes, acciones, que son "socialmente" bien visas, pero que van contra las enseñanzas de Jesús.
    vivimos con Él cuando damos pan al que tiene hambre y ropa al que tiene frío.

    vivimos con Él?.... siempre?...
    que tan seguido lo desalojamos de nuestro hogar, de nuestra vida?
    cada vez que damos vuelta la cara para no ver lo que el otro necesita, estamos desalojandolo.

    pido a Dios que me guíe y me dé su luz para no desalojarlo de mi vida, para no hacerme la distraída frente a los problemas y necesidades del otro, para "hacerme cargo" de mi actitud de cristiano, aunque a veces sea bastante complicado.
    Él nos visita siempre...abramos el corazón para alojarlo allí, y que desde allí reine en nuestra vida.
    SE PUEDE...CON SU AYUDA, CON SU GRACIA Y BENDICIÓN SE PUEDE LOGRAR.
    Dios lo bendiga siempre.

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