martes, 9 de marzo de 2010

La Iglesia es de pecadores, y para los pecadores.

"Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos»." (Lc 15, 1-2)

La Iglesia es de los pecadores que se acercaron a Jesús para escucharlo. La Iglesia es para los pecadores porque Jesús quiere atraerlos a todos a su mesa, por eso él primero se acerca a nuestras mesas, comparte nuestra vida.
Lo imperdonable para nosotros los creyentes es hacer lo contrario a lo de Cristo: alejarnos de la vida de los otros, no verlos, no amarlos, no comprenderlos, no ayudarlos, no atraerlos hacia el Señor a quien hemos escuchado.
¡Cuántas expresiones nuestras deben ser corregidas! ¡Cuántos gestos nuestros debemos cambiar! Porque tantas veces hemos escuchado el dolor de la gente que cuenta que tal o cual los hizo sentir despreciables, echados, basureados, por abusos de los que nos decimos creyentes...
El mensaje de Jesús no es un mensaje de "Todo vale", "Está todo bien", como justificando los pecados. Por el contrario, lo dijo bien clarito: "En adelante no peques más" (Jn 8, 11). Pero nos amó hasta el extremo a todos los pecadores. Decirle, por tanto a alguien, que está pecando, las cosas de tal manera que entienda que el pecar le hace mal (y nos hace mal), para salvarlo, no es faltarle el respeto, sino por el contrario, un enorme gesto de amor, y más si no es simpático el hacerlo.
Se equivoca tanto el que destruye al pecador, como el que lo justifica. La misericordia no es ingenuidad, ni debilidad, ni ceguera. La misericordia otorga una nueva oportunidad después de denunciar lo que está mal.
En ejercer la misericordia la Iglesia va haciéndose santa, los creyentes nos vamos santificando.

6 comentarios:

  1. el decirle al otro que está actuando mal...no es juzgarlo?
    debo yo juzgar a mi hermano? o es el Señor el único juez?
    no pecamos TODOS en diversas oporunidades de nuestra vida?
    quien no pecó nunca? quien está habilitado para dar cátedra sobre el pecado?
    yo, particularmente, no me siento capacitado para señalarle a otros sus pecados. solo creo que debo tratar de hacer llegar a mis hermanos la palabra de Dios, y, escuchandola y meditandola, ellos deben VER sus pecados y arrepentirse. no me creo con autoridad para corregir a otros...si hasta me cuesta, muchas veces, corregirme a mí misma, corregir mi conducta cuando no es la que el señor me pide.
    quiero que se entienda: no JUSTIFICO el pecado (ni en otros ni en mí) pero no me creo con autoridad para señalar al otro diciendole:ESTAS EN PECADO.
    creo que tener misericordia es "quererlo, aunque sea un pecador" y rezar por él para que se arrepienta de eso que hace que no es agradable a los ojos de Dios.

    Dios los bendiga siempre.

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  2. Decir a alguien que está en pecado, si lo necesita para darse cuenta y salir de ahí, es un gran acto de amor al ser hecho por caridad, y sin ánimo de condenar y de juzgar, pero sí por compromiso con el hermano, porque como decimos en la Comunidad, el que me corrige no es mi enemigo, sino que mi enemigo es el pecado.
    No hay que tener miedo de hacer tan gran acto de amor, aunque no sea muy simpático.

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  3. ¡¡ Qué diferentes las actitudes de unos y de otros ante el mismo Jesús !!!
    Los pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo, el centro al que quieren acercarse, de quien quieren recibir palabras para cambiar esa vida de la que no están satisfechos, es sólo el que pronuncia Palabras de Vida eterna, el único Salvador posible para su vida.
    Los otros, los que se creen cumplidores que no necesitan ver su vida, no escuchan a Jesús, se dedican a criticarlo, a murmurar, a tapar sus oidos con palabras para no escuchar, ni ser salvados. Las murmuraciones en este caso tienen un juzgamiento de los pecadores y del mismo Jesús para no recibir la Palabra de Verdad que los llevaría a la conversión. En lugar de recibir y aceptar la Palabra de Salvación se entretienen mirando a los demás, buscando pretextos para no creer y convertirse, esto es soberbia y necedad.
    Soberbia porque se creen superiores a los otros y necedad porque se pierden la oportunidad de convertirse, de salvarse.
    Preguntémonos:
    ¿dejo que la soberbia me impida convertirme?
    ¿escucho a Jesús con atención?
    ¿dejo que su palabra me cuestione profundamente y acepto cambiar?
    ¿porqué no me dejo cuestionar?¿qué me lo impide?
    ¿soy tan sencillo como estos pecadores?
    ¿o busco pretextos para evadir la Palabra de Verdad?

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  4. Jesús a lo largo de su vida fue marcando la necesidad de que se convierta a cada uno.
    A la mayoría en forma personal, como a cada uno de los apóstoles, al joven rico, a la samaritana, a la mujer que salvó de ser apedreada, a cada enfermo a quien le dijo:"tus pecados te son perdonados, vete y no peques más".
    Otras veces la predicación era general y cada uno asumía lo que le tocaba o no lo hacía, pero Jesús no callaba aunque por eso perdió la vida.
    Cuando un sacerdote predica su homilia no puede exponer los pecados de cada persona y su llamado a la conversión es para todos. Pero entre cristianos vale lo que nos dice el Nuevo Testamento: "si tu hermano peca, ve y habla con él en privado..."
    De modo que por esta Palabra tenemos claro que es obligación de cada uno avisarle al hermano cuando está obrando mal.
    Esto no implica juzgamiento y condena, sino que el espíritu de amor al hermano nos debe mover a decir las cosas con espíritu de confianza en que nuestro hermano se convertirá. En esto consiste el amor al pecador: en darle la oportunidad de que cambie y se convierta.
    No sé si la persona que escribió el primer comentario tiene hijos o alumnos, pero mi experiencia de amar a los míos es que es absolutamente necesario enseñar que es el bien y el mal, y las razones para elegir el bien, y ante una opción por el mal corregir, no "fusilando" con nuestras palabras, sino esperando el cambio.
    Algo que personalmente me ayudó a situarme ante este problema fue, además de contemplar como actuaba Jesús, preguntarme a mí misma:
    ¿si alguien me dice que estoy actuando mal, me está juzgando?
    ¿ser pecador (porque todos lo somos) me hace ser permisivo con los otros? ¿o por el contrario soy duro con el otro para disimular mi propio pecado?
    ¿siento que es Jesús mismo quien me corrige cuando algún hermano lo hace, aunque me duela?
    ¿si alguien me dice " estás en pecado", es porque no me quiere ni me acepta o por el contrario me quiere tanto que busca ayudarme a ver lo que yo no veo?
    Lo que yo descubrí en mí es que tenía heridas que tuve que sanar para tener la libertad de hablar con mis hermanos y escucharlos con amor y con verdad.

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  5. yo escribi el primer comentario...y sin embargo, leyendo este último, escrito con total sencillez y claridd, me hace compartirlo, y darme cuenta de que es dificil hacerlo, pero es lo que todos debemos hacer.
    lo que sucede, (y no es justificación) es que, a veces, experiencias anteriores frustantes, hacen que uno (yo) no actue así, y, para autojustificarme, diga que no es correcto hacerlo.
    sobre todo, una experiencia anterior MUY frustrante donde una actitud que, a mi entender, es NO CRISTIANA, de gente que, "se supone" está mucho mas avanzada en la fe que yo,no fue interpretada como "corrección fraterna" sino que "sentí" que me retrucaban tratandome de mentirosa.
    si lo que debemos hacer es decirle al hermano en falta:HAS ACTUADO MAL AL HACER ESTO,cómo se entiende la actitud de apartarlo de nuestro lado SIN DECIRLE CUAL ES LA FALTA?
    no comparto el apartarlo de nuestro lado ni siquiera diciendole la falta. si yo lo invité a compartir mi casa, mi mesa, mi vida, mis oraciones, NO ES DE BUEN CRISTIANO decirle que se retire y menos, sin decirle porqué.(pero esto, repito, es MI forma de ver la vida cristiana y su accionar entre los hermanos.
    agradezco a quien escribio el último comentario y pido a Dios me dé la entereza para hacerlo, sin que el otro se sienta juzgado por mí, y tambien le pido la capacidad para no sentirme juzgada si otro me corrije SIN CENSURARME, porque creo que la censura implica juzgamiento.
    dios los bendiga siempre

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  6. Veo que la persona que escribió último contestando mi comentario me agradece, le pido que le dé gracias a Dios si lo que leyó le sirvió, yo sólo soy un instrumento pequeño e inútil que trato de ser dócil a la Voluntad de Dios.
    Voy a pasar la cita completa que en mi comentario anterior mencioné brevemente Mt 18, 15-17.

    "Si tu hermano ha pecado, vete a hablar con él a solas para reprochárselo.
    Si te escucha, has ganado a tu hermano.
    Si no te escucha, toma contigo una o dos personas más, de modo que el caso se decida por la palabra de dos o tres testigos.
    Si se niega a escucharlos informa a la asamblea.
    Si tampoco escucha a la Iglesia, considéralo un pagano o un publicano"

    El texto es claro y para que dé claridad a su vida el camino es aplicarlo a la propia vida, no a la vida de otros.
    Ante los hechos que recuerda, para poder SANARLOS debe dejar todo JUZGAMIENTO de los otros (que revelan sus comillas y mayúsculas), y ASÍ LOGRARÁ UNA VERDADERA CONVERSIÓN.
    Anta cada hecho o recuerdo de la vida podemos elegir SANARLO O RESENTIRNOS, la opción es de cada uno.

    Dios lo bendiga.

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