lunes, 5 de abril de 2010

Apóstoles resucitados

Hch 5, 12: "Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en el pueblo."

¿Son acaso los signos y prodigios de los apóstoles signos de Jesús resucitado?
Si son los apóstoles considerados como superhombres o una especie de
hombres divinizados, hombres-dioses, o algo así, se oscurece la
realidad de la resurrección.
La resurrección de Jesús es algo tan nuevo, que sobrepasa hasta los
prodigios que podamos imaginar. Porque la resurrección abre la nueva
creación, la creación definitiva, es el signo de la nueva creación, es
la obra maestra del trabajo del Padre.
Los prodigios son de este mundo y la resurrección es del nuevo mundo.
Hay que hacer el camino desde este mundo hasta el otro, desde nuestro
estilo de vida al estilo de vida de los resucitados.
Este camino es en fe para nosotros. Significa que es en adhesión a
Dios porque Dios es Dios y hace nueva las cosas. Es en adhesión a Dios
obedeciéndole, pero sin ver nada, sólo creyendo lo que nos anunciaron
los apóstoles: que Jesús ha resucitado. Al aceptar la resurrección se
acepta que Dios tiene la última palabra, tiene la victoria sobre todas
las luchas, tiene el poder sobre el mal, sobre el pecado y sobre la
muerte. Esa victoria y ese poder se muestran en los signos del Señor
vivo, en los prodigios que asombran y abren la mente para acrecentar
el creer en el Señor resucitado.
La obediencia de los apóstoles al Espíritu Santo es el mayor signo de
la vida nueva de los hijos de Dios redimidos por Cristo, opuesta a la
desobediencia de Adán y Eva y de toda la humanidad.
Los signos y prodigios de los apóstoles señalan al pueblo a quién hay
que obedecer. Y hasta que no lo hagan no vivirán camino a la
resurrección. Si pretenden sacarle a Dios favores para vivir en este
mundo con menos problemas pero sin querer su voluntad sobre todo,
siguen muertos.

1 comentario:

  1. Es el contraste entre los apóstoles antes de la resurrección y después que creen en ella lo más asombroso.
    Personas humanas con defectos como nosotros, con desconfianza, con dudas, con celos, con ansias de reconocimiento y riquezas, con envidias, violentos, sólo dedicados a su trabajo y sus cosas (algo así como el "no te metás" nuestro), capaces de traicionar al Señor, abandonarlo y negarlo, miedosos ...

    Creen

    Y aceptan hacer la voluntad de Dios venciendo todos los obstáculos humanos que tenían, porque ya no podían callar, porque ya no podían tener miedo, porque ya todos sus vanos sueños de reconocimiento, de honores, glorias no tenían ningún sentido ante la Resurrección de Jesús.

    Y entonces es su docilidad a lo que Dios les pide lo que dá comienzo a su evangelización por la que la fé ha llegado a nosotros.

    Nosotros creemos porque ellos creyeron y sin esperar nada a cambio obraron obedeciendo la Voluntad de Dios.
    Lo siento como un llamado a la obediencia a la voluntad de Dios.
    Un llamado a evangelizar a este mundo real en que vivo, sin esperar nada a cambio.
    Y lo que haga será respuesta a Quien fue resucitado por su obediencia al Padre.

    ResponderEliminar